Mitos griegos, historias y más...

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viernes, 13 de diciembre de 2024

Paseando con libros en el 2024

                              "Los recuerdos", de David Foenkinos 

                                                                         
                                                                  
"Fuimos bordeando los acantilados.
Un instante, como paralizados por lo que ofrecía a nuestros ojos
  no pudimos por menos que detenernos."

Iniciamos nuestro recorrido del año,en la bella ciudad de Étretat en Normandía, Francia; donde nos condujo Denise, una dama que se había fugado de una residencia de ancianos en París, porque quería ser libre. En busca de Denise y de sus propios recuerdos llegó después su nieto Antoine. Un personaje neurótico, como él mismo reconoce, inseguro, egoísta, con miedo a ser feliz, a actuar... Denise también buscaba una seguridad perdida que creyó encontrar en los recuerdos que le depararía su estancia en el pueblo de su niñez.  Ella le ofreció al nieto el rompezabezas armado y más completo que pudo, con partes de su propia vida y la del abuelo. Además,la estadía en Étretat le deparó a Antoine, una novia. El nieto a cambio, le armó a su abuela un escenario  con una escuela antigua en ambiente moderno de una clase de tercer grado donde insertó a Denise como protagonista, para gran sorpresa y alegría de ella y de los niños. Al final del viaje, dejamos a Antoine a mayor distancia fuera de su caparazón. 


                         "Arroz de Palma" de Francisco Azevedo

   



Hicimos un viaje por los eternos ámbitos familiares condimentados con un toque de fantasía que brindaba un recipiente de arroz mágico, una tía Palma que daba sabias lecciones, una silla voladora que se estrella, impulsalda por la ira, contra una ventana y se hace añicos en el patio. Allí permanece hasta su renacimiento en un sitial de honor elaborado con el amor fraternal y el agradecimiento. Compartimos con la familia anfitriona alimentos que nos sorprendieron y agradaron, sentadas en una mesa familiar con mucha historia. Conservamos la receta de la tía Palma: _No es el caldo de gallina y el risotto los que despiertan los mejores sentimientos de la gente; son las enormes dosis de amor y tenacidad. El chef familiar; aquel que se elige para guardar el arroz bendito, debe saber y preparar bien la receta de la confraternidad... Escuchar,comprender y perdonar, porque la familia es un plato difícil de preparar. Eso y más nos enseñó la tía Palma en ese viaje
.


                 "En agosto nos vemos" de Gabriel G. Márquez               


Era un miércoles típico del agosto caribe
con un mar dormido y una brisa tenue de gaviotas rasantes.
 Ana Magdalena Bach rodó una silla de reposo
 hasta el barandal del transbordador y abrió el libro de Daniel Defoe...

Fuimos y vinimos tantas veces en ese transbordador para dejar la ciudad y visitar la isla de los amores sin nombre, que perdimos la cuenta.  Resulta que en una de tantas creímos ver a Rebeca, la de Cien años de soledad y cuando nos acercamos para hablarle resultó que no era ella, solo alguien que se le parecía de lejos, tan de lejos como casi al final de un libro. Dijo llamarse Ana Magdalena. Ella resultó ser furtiva como sus amores isleños a quienes conocimos tan de lejos, como un lejano día de cada agosto. La distancia se creó no tanto porque ella  tratara de esconder muy bien sus encuentros amorosos, porque lo hacía bastante mal, sino porque nos resultaba incómoda y a la vez triste su situación. Pensábamos que la soledad la llevaba hacia aquellos tórridos procederes pero luego supimos que en su casa tenía lo que parecía ser un buen marido. Comprobamos que en cada  encuentro con Ana, ella llevaba siempre un libro diferente cuyo título y contenido denotaba un parecido o relación con los gustos,deseos, miedos, sentimiento de culpa y celos de su dueña; tal como si Ana Magdalena estuviera incompleta y solo sus libros la completaran. No la volvimos a ver o porque se le ordenó el desorden interno que tenía o porque nosotras no volvimos a la isla de los amores desordenados.


             "Cien años de soledad" de Gabriel García Márquez


El corredor de las begonias

Volver de nuevo a Macondo, al encuentro de la familia Buendía, fue comprobar que tanto el exuberante espacio, el tiempo centenario y los personajes, nacen y renacen de forma diferente cada vez que se les visita. El viento de luz que se llevó a Remedios la Bella en el jardín de los sucesos maravillosos,sigue siendo el mismo pero transformado en una fuerza ciclónica que con el tiempo arrasaría Macondo, esa ciudad de los espejismos que se reconstruye cada vez que nuestra curiosidad lectora lo visita para revivirlo y sorprendernos con pasajes antes no vistos, no interpretados o quizá olvidados porque nos quedamos demasiado tiempo en el trayecto del sueño y del olvido latinoamericano. El poderoso conjuro de Melquíades nos volverá a atrapar cada vez que aceptemos la invitación de sentarnos a charlar en el corredor de las begonias, con algunos de los sempiternos habitantes de la Casa de los Buendía.


"Sentido y sensibilidad" de Jane Austen

     

                                                            

Casa de las Dashwood en el Valle de Barton, Devonshire


En la hermosa campiña inglesa del suroeste de Inglaterra  compartimos con las hermanas Dashwood y su madre. La buscada exposición a nivel social se reflejaba en las constantes invitaciones a tomar el té, escuchar música o para asistir a los frecuentes bailes en los salones de las casas de las amistades o familiares que llevaban la misma intención con que hoy se hace el uso de las redes sociales: destacar, establecer relaciones beneficiosas, encontrar pareja o nuevas amistades.En un posterior juego de aforismos nos encontramos que los valores morales se pierden sepultados por los económicos como era el caso del medio hermano de las Dashwood, John y su esposa. Comprobamos que apresurarse a hablar sin pensar es prueba de insensatez, legado que le correspondió a Marianne, así como el de la excesiva sensibillidad  que conduce a la tristeza frecuente, una característica amada y ostentada por los jóvenes románticos de aquella época.Se llama matrimonio por conveniencia al de personas que no se convienen en absoluto forjando alianzas ventajosas y quedó representado en el indigerible señor Palmer y su siempre jovial esposa...Un viaje por una sociedad que en lo esencial no dista mucho de la nuestra.


Corredor biológico Alexander Skutch, Costa Rica


El hombre que sembraba árboles de Jean Giono 

La visita a un valle de los Alpes en La Provenza, reforestado por el pastor de ovejas, Elzeard Bouffier fue recreativo y aleccionador. Antes_ nos contaba él _ Este era un sitio desolado, sin agua pura para los pocos y pobres habitantes que aquí vivían_ Alojadas en su vivienda, Elzeard nos comentó que la felicidad se podía encontrar en una vida de estilo sencillo y en las buenas relaciones  con la comunidad. Nos enseñó la barra de hierro que antes utilizaba para hacer  agujeros en la tierra y sembrar bellotas mientras caminaba  y que terminó de esa forma siendo terreno de hayas, robles y abedules. Los árboles ocasionaron el fluir del agua por los anteriormente secos arroyos en beneficio de una comunidad que encontró razones para vivir. Quienes como nosotras, llegan a este paraje, lo ven como un valle con hermosos árboles de origen y crecimiento natural, no como la increíble labor de un solo hombre. En nuestro camino de regreso, recordamos  a otros personajes que tuvieron esa misma fantasía en su imaginación y que con gran determinación la lograron plasmar en la realidad : 

Alexander Skutch, EEUU,(1904-2004) Su legado lo podemos apreciar y disfrutar en el "Refugio de Aves Los Cusingos", Quizarrá de Pérez Zeledón, Costa Rica. 
Cusingo = tucán

  Julieta Valle de Shutt, Costa Rica, su legado: Curú, Refugio Nacional de vida silvestre en el estremo sur de la Península de Nicoya, Costa Rica.


Lectura recomendada: "Los viejos y los árboles", editorial Universidad de Costa Rica, Luko Hiye Q, Wilberth Jiménez, Emilio Vargas.


"Libro de las preguntas" de Pablo Neruda





La semilla donde se incia el cambio, requiere a algo o alguien que inicie la creación, tal como sucedió con los sembradores de semillas citados anteriormente. Así funciona la creatividad según Gianni Rodari en su libro "Gramática de la fantasía."
El libro de las preguntas, resultó ser un juego con la imaginación y la fantasía como rompedora de límites y estímulo esencial de la creatividad.Nos correspondió contestar preguntas como: ¿Por qué se suicidan las hojas cuando se sienten amarillas?, ¿Conversa el humo con las nubes? ¿Cuando escribió su libro "Azul" Rubén Darío, era verde? ¿Porqué los inmensos aviones no se pasean con sus hijos? Las contestaciones generaron respuestas llenas de ingenio, humor,  sentido social; inesperadas y sorprendentes; incluidos dos hermosos cuentos. Este libro fue un paseo por nuestra propia fantasía e imaginación con un resultado fabuloso. 

Gracias mis queridas amigas lectoras, por hacer juntas las diferentes  y novedosas rutas que convergen cada mes o poco más, en fraternales encuentros, alegría y buen vivir, en confabulación con nuestros amados libros. Feliz Navidad, Próspero Año 2025 y felices lecturas para todas ustedes.






   



 



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