Narra el escritor Francesc Miralles en el cuento que lleva por título esta entrada, que un indigente deja su cama formada por periódicos para acompañar a un personaje quien esa noche de su cumpleaños andaba vagando por las calles, pensando en su vacío interior, a pesar de ser un hombre con un buen plan de pensiones y una herencia en metálico que tenía a plazo fijo. Por el camino en busca de un café, Alfredo que así se llama este personaje le pregunta al indigente:
_¿Dónde vive usted?
_Es una vivienda que tiene miles de metros cuadrados...
_La calle_ supone Alfredo
_Tengo una ruta de varios establecimientos donde me respetan y me guardan siempre las sobras. Nunca me falta un plato caliente. A cambio , yo les aconsejo dónde pueden invertir.
Alfredo quien es analista financiero se sorprende ante esa contestación. Y más aun cuando el personaje le dice:
_También le puedo asesorar a usted_
_Pero no tiene idea de mis propiedades ni de mis activos. ¿Cómo va a aconsejarme entonces?
_No necesito conocer el estado de sus cuentas bancarias para saber que un hombre que pasea solo a estas horas ha errado en sus inversiones. Puede que tenga propiedades y activos, como bien ha dicho, quizá haya ganado incluso en la bolsa , pero allí no se negocia la auténtica riqueza.
_Dónde se encuentra entonces?_ Preguntó Alfredo fascinado.
_En la bolsa interior_ dijo el hombre señalando su corazón_ es donde se encuentran las divisas que nunca pierden valor, como el amor o la amistad. Si hubiera invertido en esa cartera, no se encontraría deambulando solo un domingo por la noche.
Cuento tomado y adaptado del escritor, Francesc Miralles. Escritor nacido en Barcelona, se licenció en filología alemana, editor, periodista y terapeuta.